viernes, 20 de enero de 2012

No es lo que tus palabras contaban sino lo que tus ojos transmitían. Ese brillo que tenían tus ojos lo decía todo, para mí era más importante que cualquier palabra o cualquier juramento. A mi no me importaba que no hubiese sido para siempre porque sé que todo lo bueno acaba pero necesitaba que lo que durasemos fuera lo mejor que haya pasado en mi vida y que marcara un antes y un después en el amor. Creía que me podía quedar todo el día mirándote a los ojos y viéndote reír. Que sólo con verte sería feliz y con un beso y un simple te quiero podría vivir toda la vida. Pero de los errores se aprende y yo he aprendido a distinguir un te quiero falso de uno de verdad, una sonrisa buena de las malas...pero lo que más me duele es que lo haya tenido que aprender sufriendo por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario